MEMORIA Y NOSTALGIA
Dedico a mis hijos estos entrañables recuerdos de Molina de Segura, el pueblo en que nací y viví los primeros once años de mi vida y, a cortos periodos, durante la Guerra Civil Española, de 1936 a 1939.
PRÓLOGO
Después de pensarlo mucho, he decidido fijar en el papel los dispersos recuerdos que tengo de mi vida en el lugar donde nací. Estas deshilvanadas notas no tendrán interés para casi nadie, pues son remembranzas de cuando era una niña de escasa edad que vivía muy protegida, y que apenas salía de mi reducido entorno.
Si por lo menos estas inquietudes sobre mis recuerdos me hubieran asaltado cuando mis padres aún vivían, hubieran podido estos informarme de muchas cosas, pues mi madre era natural de Molina, y mi padre desempeñó allí su función docente durante dieciocho años, estando en plena madurez ambos y sosteniendo extensas relaciones sociales con gran parte de la población. Pero no viven ya. Me falta, por tanto, mucha información sobre el modo de vida de un pueblo de mediano tamaño, del primer tercio del siglo XX, y de un carácter tan eminentemente agrícola, que las tres únicas fábricas que allí había durante mis primeros años de vida eran de conservas vegetales.
En Molina han vivido varias generaciones de mi familia materna, los Peñaranda, muy numerosos y bien conocidos. Un hermano de mi abuela Magdalena, Vicente Peñaranda Moreno, fue en 1933 Alcalde de la localidad. Buena parte de todos esos Peñaranda están enterrados en nuestro panteón familiar del cementerio municipal.
Espero que, después de mi muerte, mis hijos relean estas páginas con algún interés, y sepan cómo era la Molina de entonces, el pueblo en el que nació su madre.
I
Me llamo Virtudes y vine al mundo en el pueblo de Molina de Segura, situado a unos diez kilómetros al norte de Murcia capital.
Mis padres fueron don Victoriano López Soler y doña Filomena Sánchez Peñaranda. Él era natural de Villanueva del Río Segura, y maestro nacional con destino por entonces en Molina; ella era del pueblo. Se conocieron, no obstante, en Villanueva del Segura, pues mi madre vivía allí a temporadas con sus tíos Virtudes, de quien viene mi nombre, y Pedro, que era el Secretario de su ayuntamiento. Tras varios años de noviazgo, de pasar mi padre veinte meses en la Guerra de África, y de vencer la resistencia de mi abuelo Pedro, padre de mi madre, los que serían mis padres decidieron contraer matrimonio el 24 de agosto de 1923 en la Iglesia Parroquial de Villanueva.
Alquilaron una casa en la molinense calle de San Vicente, próxima a la escuela graduada donde él ejercía, y allí vivieron hasta poco después de mi nacimiento, el día 29 de julio de 1924.
Después de tener a mi madre más de cuarenta y ocho horas de parto, don Juan Andrés Villena, médico de Molina, y vecino de mi familia materna, ayudado con fórceps, contribuyó a que llegara a este mundo sana y salva al oscurecer del segundo día, pues eran las veinte treinta de sol. Me contaron que, como tantos niños al nacer, lloré un buen rato con desconsuelo, quizás como un anticipo, tras los años de mi infancia y primera juventud por la senda de la felicidad, de que mi vida iba a transcurrir, algunas temporadas, por un camino completamente intransitable.
Algo totalmente ajeno a la voluntad de mi familia marcó mi venida al mundo: cuatro meses antes de mi nacimiento falleció el abuelo de mi madre, padre de mi abuela Magdalena y de mi tía Rosalía. Como ésta última iba a ser mi madrina, y estaba de luto riguroso, mi bautizo, unos días después de nacer, no se celebró.
En la calle de San Vicente, vivían con nosotros una chica de servicio y mi primo Carlos, sobrino carnal de mi padre, que estudiaba Magisterio, ayudado y orientado por éste. Mi madre contaba que la chica, María Jesús, era un encanto y muy útil. Cuando mi madre decía: "Hay poca agua en las tinajas", contestaba invariablemente: "Las he llenado esta mañana, señorita". Cuando le pedía los calcetines de mi padre para ver si necesitaban ser cosidos antes de doblarlos, se los traía listos para colocarlos ya en el cajón de su mesilla. Esta chica había trabajado muchos años en casa de uno de los industriales conserveros, no sé si en la de don Maximino, o en la de don Rogelio. Ambos tenían familias muy numerosas, por lo que nuestra casa debía de parecerle jauja a María Jesús.
La primera anécdota cronológica de niñez que se me ocurre, oída múltiples veces de labios de mis padres, sucedió cuando era yo un bebé. A Molina vino desde Madrid, donde vivía con su familia, la tía Filomena a visitar a sus hermanas y a su sobrina. Estaba casada con un médico de La Ñora, el doctor González-Aguilar, a la sazón médico de la Casa Real. El hijo mayor, Juan, también fue médico director del Sanatorio de Valdecillas, en Santander, y durante la II República fue Ministro de Sanidad. La tía Filomena era la menor de los siete hermanos de mi abuela, y era a su vez madre de seis hijos que la llamaba cariñosamente Manena. La acompañaban en el viaje dos o tres de ellos y un enorme perro.
El animal, nada más entrar en mi casa, se acostó a los pies de mi cuna y, a partir de ese instante, sólo permitió acercarse a la misma a mis padres. Ni siquiera su dueña gozaba de tal privilegio. Al resto de las personas de la familia le estaba vedado rondar cerca de mi cuna, pues el perro se ponía en pie y ladraba fieramente.
Todo el mundo comentaba asombrado lo rápidamente que el animal se había percatado de la situación. Pese a haber sido tan noblemente defendida por aquel perro, nunca en mi vida he sido amiga de los animales domésticos.
TODA LA HISTORIA AUTOBIOGRÁFICA LA PODRÁS ENCONTRAR EN EL SIGUIENTE ENLACE MEMORIAS DE LA INFANCIA
TODA LA HISTORIA AUTOBIOGRÁFICA LA PODRÁS ENCONTRAR EN EL SIGUIENTE ENLACE MEMORIAS DE LA INFANCIA
Señor:
ResponderEliminarHa tomado usted una parte del texto de mi blog que, lamentablemente, estaba sin terminar. Le ruego que corrija, al menos, ese error. Ahora está correcto, listo para ser editado en un libro de próxima publicación. Y también:
1. que enlace usted el texto a mi blog:
http://virtudesdemolina.blogspot.com/2011/03/p-margin-bottom-0_3945.html
2. que borre la copia que ha puesto en Google Docs exactamente por los mismos motivos: porque está mal, en pleno proceso de corrección y aún a falta de añadir algunos párrafos.
Espero de su caballerosidad que atienda mis peticiones. Gracias.
Esta Señora se cuelga muchas medallas.
ResponderEliminarMi nombre es Josefa Peñaranda Gómez, soy nacida en el municipio de Molina de Segura. Mi tío fue el Alcalde de Molina, Sr. D. Vicente Peñaranda Moreno, casado con la tía Adela y que cuando enviudó, Virtudes y otros López García como ella le usurparon todos sus bienes; echándola literalmente de casa y donde acabó sus penosos días en un manicomio. Sra. Virtudes López García: ¿acaso tiene vergüenza de explicarnos esta parte de su vida donde dice que vagamente conocía a Antonio, casado con una muchacha que se llamaba Fuensanta? Es decir,mi padre y mi madre. Y que bien dicho, viene a ser; D. José Antonio Peñaranda Silvente y Doña Fuensanta Gómez Marín, sobrina del eminente médico Dr. Quesada ¿Por qué no nos narra cómo hizo para dejar a los que nos apellidamos Peñaranda sin panteón familiar, propiedad de mi bisabuelo Vicente?
Por cierto, antiguamente se decía que pasabas más hambre que un maestro...
Espero que todavía siga usted viva para responderme y pueda limpiar su conciencia de una vez por todas.
Gracias.